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La fusión del mundo análogo y el digital, de inteligencia biológica y artificial hacen que la tecnología tenga un rol fundamental en el futuro del desarrollo humano. De este...

La fusión del mundo análogo y el digital, de inteligencia biológica y artificial hacen que la tecnología tenga un rol fundamental en el futuro del desarrollo humano. De este y otros aspectos relacionados habló Martín Hilbert en el Encuentro de Transformación Digital.

Martin Hilbert creó y coordinó el Programa de Sociedad de la Información de la CEPAL, desde donde impulsó la Agenda Digital de la región para motivar el desarrollo de políticas digitales en los países latinoamericanos.

Reconocido por haber creado el primer estudio que cuantificó la información que hay en el mundo, sus posiciones sobre el papel de la información, el conocimiento y el Big Data en el desarrollo de sistemas sociales complejos, han trascendido a nivel mundial.

Entre otros temas, Hilbert abordó el rol de la información, la comunicación y el conocimiento en los sistemas sociales complejos de la revolución digital. Ante esa revolución, sostiene que es muy difícil prepararse para lo que se desconoce pero es necesario maximizar las oportunidades y minimizar los riesgos.

Frente al progreso humano identifica las épocas según la tecnología usada en cada una. En este sentido, la era actual se caracteriza por la masificación de la información y la comunicación, donde las TIC son lo que él denomina “la penúltima tecnología”. En este sentido el desafío actual es transformar los caudales de información en conocimiento.

Según este experto, reconocido por haber creado el primer estudio que cuantificó la información que hay en el mundo, es necesario convertir todos los datos en algo útil, pero como el cerebro humano no es capaz de procesar eso, lo que debería hacerse es desarrollar algoritmos que nos permitan trocar la información por conocimiento.

Esta conversación puede ser grabada

Hilbert reflexionó sobre nuestra huella digital y los datos que las personas dejan disponibles todo el tiempo. Explicó que esto podría suponer una oportunidad para las ciencias sociales por toda la información sobre las personas que puede surgir de ahí y que permite conocer, incluso, su comportamiento futuro.

En este sentido, explicó que la Big Data -cantidad de datos que supera la capacidad del software convencional para ser capturados, administrados y procesados en un tiempo razonable- permite entender las leyes que rigen nuestra sociedad y que puede ser lo mismo que “el telescopio para la física” en el entendido de revolucionar la ciencia.

Como ejemplo de desarrollo de la Inteligencia Artificial, Hilbert citó el caso de los Call Centers en Estados Unidos y explicó un caso partiendo de una expresión que cualquier persona puede escuchar al llamar a determinadas empresas: “Esta información puede ser grabada”. Los datos recolectados en esas escuchas no solo implican un acervo para la supervisión de las empresas, sino que los Call Centers usan ese primer saludo para procesar los datos de los hablantes con el fin de identificar, mediante inteligencia artificial, a quién derivar la llamada. Una llamada utiliza aproximadamente 10 millones de algoritmos que escuchan y clasifican la personalidad en cuatro o cinco rubros como emociones, reacciones, opiniones, raciocinio. Este mecanismo, que fue utilizado por la Nasa hace muchos años, implica que una vez que los algoritmos detectan aspectos de la personalidad del hablante, lo conectan con alguien con una personalidad parecida, lo que duplica la satisfacción del cliente.

Según este impulsor de la Agenda Digital en América Latina para motivar el desarrollo de políticas digitales, la inteligencia artificial no sólo permite a las empresas conocerte mejor, sino que a veces “sabe más de vos que tu pareja, incluso sabe más de vos que vos mismo”.

Empezar todo de nuevo

Hilbert dijo que identifica grandes avances en América Latina y destacó varios aspectos de las políticas digitales en esta región, entre ellos que muchas de las nuevas agendas digitales son sustentables; el crecimiento de los recursos económicos y humanos destinados a políticas digitales; el compromiso de los países y que eLAC se ha convertido en referente en el mundo del conocimiento.

Con base en lo anterior, Hilbert indicó que para las nuevas agendas y los nuevos desafíos hay que considerar varios factores: la rapidez del progreso tecnológico exponencial, por lo que es necesario ajustar las agendas a períodos más cortos; el progreso tecnológico exógeno en el que los países no desarrollan tecnología sino que la adoptan; y el impacto descentralizado, que “será misión cumplida” cuando cada hospital, cada maestro, haya entendido la importancia del tema y las agendas ya no sean necesarias.

“Comienza una nueva era, la era del conocimiento. Tenemos que empezar todo de nuevo.”

Con información de Agesic

 

 

 

 

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